El Fantasma de la Capa Negra
Era el año 1944 en Chimbote: Las pocas viviendas, las inhóspitas tierras y la quietud plena reinaban sobre el solitario puerto. La joven ciudad industrial tenía poco que contar sobre ella misma, la historia empezaba a nacer y se gestaba copada de anécdotas fantasmales difundidas en el coloquio popular. Ya terminaba octubre y ya empezaba el nacer primaveral, justo al término de una madrugada de resaca dominical. El olor a cigarros y alcohol acompañaba a una pareja de hermanos mientras seguían la trayectoria de la vía férrea cuando observaron a lo lejos una figura tétrica y antropomorfa, tras un ligero esfuerzo pudieron distinguir con el corazón asustado a un indistinguible hombre de capa negra, quien ofrecía un extraño ritual quien sabe a quién, en el Cerro de la Cruz Dos de Mayo (hoy reservorio de Agua Potable).
La pareja de hermanos con los ánimos conturbados y el valor hecho añicos se escondieron detrás de unos matorrales de donde observaron el espectáculo. Aquel hombre indistinguible de capa negra, exageradamente alto y de porte robusto saltaba con una excitación maldita dando movimientos ondulantes sobre su soledad macabra; y lo más extraño de todo era que los mismísimos pies, a pesar de los saltos, jamás se llegaron a observar, “parecía que flotaba mientras saltaba en el aire”, declaró uno de ellos.
Los saltos ondulantes en los alrededores de la cruz seguirían y no terminarían, si los primeros resquebrajamientos de la luz por la mañana no se hicieran notar. El colosal encapado se disolvió entre la polvareda y la débil oscuridad de la madrugada, brillando en última instancia la tanática capa negra.
Al rayar la aurora en su totalidad, la pareja de hermanos contaron a las matutinas lecheras lo sucedido. Pero hasta el día de hoy ninguna pudo dar respaldo sobre la existencia o aparición del indistinguible hombre de capa negra. Nunca habían visto caso parecido, pese a que ellas transitaban diariamente a caballo, burro o a pie, a igual hora y por el mismo lugar.
La Dama sin rostro
Eran
ya las 7:00 p.m. y como todo día de verano, la oscuridad se
resistía a hacer su aparición en aquella atmósfera… estaba
leyendo un libro bajo la luz aún tenue de la tarde que entraba por
la ventana de aquella habitación, cuando él se dio cuenta que los
escasos reflejos de aquella luz sobre las páginas, ya amarillentas
por el tiempo, no permitían la lectura de aquel texto recopilatorio
de las historias de su escrito favorito, Alan Poe; de una manera
singular se dispuso a dejar el libro sobre la mesita de noche junto a
su cama; de pronto saltó a su memoria aquella imagen que había
nacido tras la lectura del cuento El Crimen en la Rue Morgue;
enfrióse cada centímetro de su piel al imaginar la crueldad de las
líneas leídas previamente.
Tomó
una ducha para relajarse un poco. Horas después luego de una
agradable charla con su familia en torno a la mesa a la hora de la
cena, se dispuso a acabar con sus planos, aquellos que no lo dejaban
dormir debido al corto tiempo restante y la complejidad de los
mismos; se sentó frente a la computadora y con headphones cubriendo
sus oídos, se propuso aislarse del mundo en un afán de
concentración tras la responsabilidad pendiente …
Pasaban
las horas y él seguía dibujando cada una de las líneas que
conformarían su compleja composición al ritmo suave del soft rock
que escuchaba, se sentía extraño, algo intranquilo, sin embargo
atribuyó casi mecánicamente esa incomodidad a la presión y el
cansancio corpóreo que se presentaba en ese tipo de ocasiones;
decidió entonces a tomarse un par de minutos para refrescarse el
rostro y tomar algo para poder relajarse. Abrió la puerta blanca del
baño, y prendió la luz, fue entonces cuando levantó la mirada
hacia al espejo y perplejo se quedó al observar la imagen de una
mujer con la cara gacha, de cabellos largos y negros, con túnica
blanca reflejada en esa superficie refractante…volteó en una
ráfaga de segundo a ver aquella tétrica imagen y aquella mujer no
estaba; volteó la mirada hacia el espejo y allí se hallaba su
reflejo solitario y sin la presencia de aquella visión; sintió como
un aire frío corría por todo su cuerpo erizando cada uno de los
vellos de sus extremidades…
Se
humedeció la cara y salió con un sentimiento de miedo e
incertidumbre hacia la cocina … caminaba lento, muy lento
…intentaba caminar más rápido pero sentía que algo detenía su
ritmo de desplazamiento, empujó la hoja de la puerta y encendió la
luz, quedando más asustado al ver a la misma mujer, esta vez con más
detalle, fue en ese instante que aquel espectro sintió su presencia
y se desplazó de forma diagonal por la cocina, con una ligereza
singular, fue entonces que pudo percatarse en ese instante que la
imagen se desvanecía con la rapidez de un rayo, no tenía pies…
estaba flotando… Quiso gritar, quiso correr, quiso pedir auxilio,
pero ninguno de sus instintos respondían, sólo podía contemplar lo
sucedido con los ojos abiertos y con una sensación de inmovilidad en
cada uno de sus músculos. Ardua fue su lucha contra esa sensación
cuando pudo liberarse de ese peso que lo contenía… corrió a su
estudio y se sentó pensando … “estás loco, tú nos has visto
nada … ha sido producto del cansancio … ”, no obstante algo
dentro de él tenía miedo, algo dentro de él sabía que no era
fantasía …
Eran
ya las 4:30 a.m. y él seguía observando esa pantalla que comunicaba
sus ideas con su cerebro, sin poder sacar de su mente aquella imagen
tétrica que había observado en 2 ocasiones… Fijaba su mirada en
su plano porque no quería voltear o observar lo que pasaba a su
alrededor… subió el volumen en reiteradas ocasiones con la
finalidad de sentir un alivio al estar aislado con esa barrera
musical que lo envolvía… Estaba más tranquilo, seguía avanzando
a ritmo acompasado, colocando cada detalle en esa imagen 3D en la
computadora… Así estuvo por alrededor de 20 minutos, sentía una
paz espeluznante pero reconfortante. Fue entonces que de la nada
sintió la palma de una mano posarse sobre su hombro derecho con la
presión que sólo la confianza mutua puede dar a un gesto tal… “mi
papá despertó”-dijo-, y sin soltar el mouse, con su mano
izquierda quiso retribuir ese gesto tocando la mano de su padre y
diciéndole que no se preocupe por ser muy tarde ya…
Un
gran asombro despertó su miedo ya calmado, al no ver en el reflejo
del monitor silueta alguna, concibiendo aún esa presión sobre el
hombro… Fue entonces que sintió que todo su interior se
resquebrajaba con un sentimiento de vacío y temor confuso. Volteó
inmediatamente y sintió como su corazón dejaba de palpitar al no
ver a nadie detrás de él. Se dirigió inmediatamente a la recámara
de sus padres hallándolos profundamente dormidos, corrió a la
habitación de su hermano con igual resultado. Esa turbación
recorría cada gota de su sangre haciendo que su raciocinio no pueda
analizar tales situaciones con la lógica que solía caracterizarlo…
Turbado
y con demasiados temores, decidió ir a descansar y tratar de
conseguir un poco de sosiego en el sueño, apagó todas las luces y
se dirigió a su habitación… Accionó la cerradura y empujó la
puerta con mucha cautela, viendo de reojo hacia atrás y así
cerciorarse que tal espectro no lo seguía… Dirigió su mano hacia
el interruptor y una mano fría, huesuda y áspera cogió su mano …
Era ella!!!
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